El vigilante de madera

lunes, 13 de febrero de 2012
Toda empresa de seguridad privada tiene un sueño. Sueña que sus vigilantes sean de madera para  manejarlos a su antojo y así llevar a cabo exactamente lo que ellos quieren pudiendo aprovecharse de estos sin que los mismos pongan ningún tipo de impedimento. Para conseguirlo, las empresas, utilizan a los mandos intermedios que en un principio se muestran como personas encantadoras, víctimas del mundo en que se metieron y la mala suerte que tuvieron en sus comienzos. Mas luego empiezan a pedir mucho dando poco, para lograr sus objetivos no escatiman en esfuerzos, generan en “la marioneta” sentimientos difíciles de superar, mediante  coacciones y utilizando el miedo a modo de chantaje, intentarán poco a poco que los vigilantes obedezcan cualquier tipo de “orden “ sin rechistar lo más mínimo y así ellos obtener beneficio personal.
Si tienes planes para el fin de semana, el cual tenias libre, no dudarán en llamarte para que cubras un servicio eventualmente, eso sí solo si te interesa puesto que es “voluntario” y si tu no puedes llamaran a otro compañero. Si te interesa trabajar de noche no te preocupes, en tu cuadrante no te pondrán ninguna y si por el contrario te gustaría hacer días lo llevas claro por que te vas a hartar de hacer noches, por supuesto si eres de madera y te callas no tendrás ningún PROBLEMA con la empresa ya que han logrado manipularte para servir a sus propios intereses o incluso ajenos.
Ningún problema… Hasta que te pagan de menos o lleves lo que ellos consideran demasiados días de baja, pero ¡Ojo! que si por alguna extraña razón se te ocurriera ni tan siquiera en tu imaginación protestar por alguno de los temas antes mencionados o cualquier tipo de cosa que no les cuadre, ya te considerarán un revolucionario o una persona problemática que solo les trae quebraderos de cabeza entonces pronto te buscarán un servicio que bien saben que van a perder en pocos meses para darte la gran patada en el culo pues vas a tener que subrogar con otra empresa que no sabemos si es mejor o peor que la que te quiere echar. Lo que sí está claro es que la actual te va a quitar de en medio.
Con lo que corre en España y prácticamente en todo el mundo, cada día tenemos más vigilantes de madera a los que yo personalmente respeto mucho porque probablemente tendrán una hipoteca que pagar, una familia que mantener, a parte de otros gastos los cuales todos los gobiernos de este país se encargan de subirnos año tras año. Sin embargo, de lo que no se dan cuenta las empresas es que de tanto apretar al final la naranja deja de dar zumo. Por ahora, en tiempos de crisis, recomiendo a todas las empresas que sigan exprimiendo más la naranja y nos exploten todo lo que les de la gana hasta sacar todo el jugo puesto que nosotros seguiremos tragando lo que haga falta hasta ver si así nos pasa lo mismo que a Pinocho, quién se convirtió en niño mientras Geppetto lo tallaba en madera.
Solo así podremos darnos cuenta de que nos están privando de los mas preciado que es la libertad y vulnerando nuestros derechos tanto laborales como personales, dicho todo esto me gustaría que mi empresa supiera que YO soy de carne y hueso, por  tanto soy libre, yo elegí, decidí que a mi no me sirven de nada sus amenazas y estrategias para que puedan manipularme como les parezca, además estoy totalmente convencido de que si todos fuéramos personas (no troncos de madera) los EMPRESAURIOS se echarían a temblar pues de sobra saben que unidos se les J_d_r_a el chiringo en menos de un a semana.
publicado en el blog seguridadsemanal.com

Historias de La Inseguridad S.A, episodio nº 4

jueves, 2 de febrero de 2012
¡Ay, ay, ay! que me temo lo peor. Con el Convenio como está, y como se va a poner (negro, negro) es como para fiarse de la patronal y de la representación de los trabajadores cuando se citan para reunirse en Madrid. Cualquier día de estos nos llaman de la oficina y nos comunican que han llegado a un acuerdo los de la "Comisión Paritaria" y que le tenemos que poner dinero encima a la empresa, que la cosa está muy mala y no sacan beneficios.

"¿No le han mandado por fax el nuevo texto colectivo? Si, si, usted no se lo creerá pero los del convenio han pactado que mientras siga lo de la crisis hay que arrimar el hombro para que no cerremos el negocio." Así que, de ver un duro nada de nada. En la oficina el corrillo cada vez era más grande, y el Delegado-Gerente con mando en plaza, cada vez más crecido: "Oiga ustedes, que aquí no hay nada que hablar, que lo que han firmando en Madrid vuestros representantes es un asunto de de obligado cumplimiento... haber si nos vamos a creer que las cosas se firman para nada" otro jefecillo por atrás remataba la faena: "pero vamos a ver, aquí de lo que se trata es de garantizar los puestos de trabajo para un futuro, que esto de la crisis no va a durar para siempre".

Lo cierto y verdad es que, en un momento se armo una montonera increíble, tanto jaleo que el mismísimo Director de Zona, desde su despacho acristalado con vista a la sala de operaciones, dio las instrucciones precisas para que se desalojara las oficinas sobre la marcha y ordenó a la administrativa a que ejecutara los nuevos acuerdos: "el dinero que sale por un lado entra por el otro, se le manda la nómina al trabajador a su casa para que la tenga de recuerdo y santas pascuas, que no estamos para perder el tiempo en menudencias".

A mi el incidente no me sentó nada de bien, que hasta me puse mareado de pensar lo que me estaba pasando. Necesitaba poner en orden mis ideas. Me escabullí entre trabajadores que barruntaban en el pasillo posibles fechas para movilizaciones, notas de prensa, pancartas y envíos masivos de e-mails a la plantilla. Ya en el exterior, sensatamente me dio por sentarme unos minutos en el banco que había junto al edificio de mi empresa, antes de coger el coche para volver a casa. Cerré por un momento los ojos a ver si se me pasaba el mareo. Uno, Dos, Tres... Bip,Bip,Bip abro los ojos de nuevo y me veo acostado en mi cama con el despertador susurrándome al oído que era la hora de levantarme. Ahora caigo: Una tremenda pesadilla se me coló en mis sueños y me ha estado amargando toda la noche. ¡Menudo culebrón me he montado yo solo! Y todo por acostarme dándole vueltas a lo mal que la situación... Al final la culpa la va a tener mi mujer, que medio de guasa, medio en serio me comentó antes de acostarnos: Tal y como está la cosa, cualquier día te van a llamar de la empresa para que le pongas dinero de tu bolsillo...