Historias de La Inseguridad S.A, episodio nº 2

miércoles, 28 de diciembre de 2011
La patronal celebra el "Día de los Santos Inocentes"

Los empresarios del ramo han aprovechado el día 28 para felicitar a sus trabajadores por el día de los santos inocentes, y de paso, darle la inocentada a todo el gremio de la seguridad privada: después de tres años de sacrificio, con el sueldo congelado debido a las negociaciones colectivas, ahora que toca subirnos el sueldo a primero de años porque así viene recogido por convenio, ahora van y nos dicen que no saben como van a subirnos lo que nos corresponde.

Y empiezan a preparar mil escusas con la ayuda de los sindicatos afines y amparados en las últimas medidas gubernamentales que dan cobertura a las empresas que presenten cuentas justificando pérdidas... O mucho cambian las cosas, o nos tememos lo peor. En el 2012 las palabras más sonadas para los trabajadores van a ser flexibilidad, descuelgue salarial y expedientes de regulación de empleo.

Todo un tijeretazo de nuevo en el mismo sitio: en la nómina del currante. Ahora ya lo saben: los empresarios han tenido tanto interés en celebrar el 28-D para mandarle a sus asalariados un mensaje claro: una nómina recortada con la figurita que la ha hecho popular, y un texto que nos servirá de premonición: "inocente", "inocente", "inocente"...

Los liberados sindicales a debate

martes, 20 de septiembre de 2011

El programa de Angels Barceló Hora 25 de dedicó parte del programa del pasado lunes 19 a analiza la figura de los trabajadores que dedican su jornada a gestionar y reivindicar los derechos laborales de los demás.

Recuperar la Dignidad Perdida

martes, 26 de julio de 2011

Es frecuente que al dialogar con los vigilantes de seguridad que llevan ya unos años en la profesión, añoren aquellos tiempos en los que se tenían reconocida legalmente la condición de agente de la autoridad. Tampoco es que hay que remontarse tanto tiempo atrás, hasta el año 1992, en virtud de lo establecido en el R/D 629/1987 de 10 de Marzo que regulaba la función del vigilante jurado de seguridad se decía: “que los vigilantes jurados de seguridad en el ejercicio de su cargo tendrán el carácter de agente de la autoridad”.

El problema se fue enconando porqué el rango de esta primera disposición legal era inferior a la que se contempló años después en la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal, que en su art. 24.2, dice: “se considera funcionario público todo el que por disposición inmediata de la Ley o por elección o nombramiento de autoridad competente participe en el ejercicio de funciones públicas”, y por ello se planteaba una contradicción, en la que algunos tribunales reconocían el carácter de agente de la autoridad a los vigilantes jurados de seguridad y otros no. Pero lo que realmente le dio la puntilla fue la promulgación de la Ley 23/92 de 30 de Julio de Seguridad Privada y el R/D 2364/94 de 9 de Diciembre, por el que se aprobó el Reglamento de Seguridad Privada; normas éstas, en las que no hay ninguna referencia a la condición de agente de la autoridad de los vigilantes de seguridad y que además deroga expresamente el R/D 629/1978, resultando evidente que el personal de seguridad privada no tiene el carácter de agente de la autoridad.

Conviene recordar que en aquellos tiempos en los que se fueron poniendo las bases por la que se rige actualmente nuestra profesión (Ley de Seguridad Privada y su posterior reglamento), unos sindicato tuvieron una postura más reivindicativa, en pos de no perder el status que tenía el profesional del sector y otros se decantaron por facilitarle mucho las cosas al gobierno de turno para descafeinar nuestros derechos y herramientas de trabajo.

Efectivamente, en torno al año 1991, se produjo una gran división entre los sindicatos con representación en el sector ante los trámites de la ley que entonces se negociaba, y en la que, entre otras voces, se tuvieron en cuenta la opinión de la representación sindical. La postura más llamativa fue la de CC.OO, que en todos los foros en los que pudo participar se opuso tajanemente a que la Ley recogiera el carácter de agente de autoridad del vigilante jurado. Para ellos, tampoco era imprescindible que el vigilante jurado fuera siempre armado, al contrario, razonaban que en determinados servicios era más peligroso para el profesional portar armas de fuego que carecer de ellas...


LA CRUDA REALIDAD DE NUESTRA PROFESIÓN

sábado, 25 de junio de 2011


DURANTE MUCHOS AÑOS los trabajadores de nuestro sector hemos ido compensando los bajos salarios que se pagaban con la realización de horas extraordinarias “a demanda”. Así se conseguía maquillar un poco los escasos emolumentos de la nómina fruto de un salario base casi vergonzante. Las empresas de seguridad fomentaban a los trabajadores que se prestaban a este tipo de prácticas ya que, a través de los convenios y sus negociantes, se pactó un valor de la hora extra tan barato que, al final, se puso al descubierto que vulneraba la legalidad.

La familia ha terminado por pagar muy caro la ausencia prolongada de los trabajadores de sus hogares: en algunos estudios sociológicos se recoge ya que en el gremio de la seguridad privada se alcanzan cotas máximas en lo referente a la desestructuración familiar a través de las separaciones. Todos podemos ponerle rostro y apellidos a este drama, que forma parte de un fenómeno “inherente” a este tipo de profesiones marcada por la turnicidad y los bajos salarios. Sabemos de compañeros que para llevar un sueldo digno han tenido que renunciar en más de una vez al descanso semanal preceptivo y hemos conocido a aquellos que vivían con una uniformidad planchada en el maletero del coche, siempre pendiente de la llamada del mando operativo.

Pero la crisis ha terminado por reventar esta mentira y ha puesto por delante la cruda realidad de nuestra profesión. Terminado el milagro de las horas extras, el salario medio del vigilante de seguridad supera a duras penas los 900 euros. La seguridad privada se ha consolidado como un gremio que roza la precariedad laboral, a pesar de tener que pasar por el aro de una formación previa de carácter privado, y superar unas pruebas selectivas para poder ser habilitados.

Ahora, las empresas se encogen de hombros y, tras aplicar masivamente el rasero “a computo”, no se hacen cargo de la problemática de la mayoría de los trabajadores, que no pueden ni acogerse al fenómeno del “mileurismo”. Nuestros mandos operativos han terminado por repescar una cantinela muy propia de los años noventa: “si no te interesa el trabajo me avisas, que hay cola en la oficina del paro para trabajar…”

¡MALDITOS BASTARDOS!

miércoles, 11 de mayo de 2011
Conviene recordar, ahora que estamos en puertas de elecciones sindicales, quienes son los responsables de la precariedad y el abandono en el que está sumida nuestra profesión. A cualquier vigilante que tenga uso de razón, deja sin palabras la poca vergüenza puesta de manifiesto por las partes firmantes del Convenio Estatal de Seguridad Privada. Por un lado, las patronales del sector encantadas, haciendo gala de una avaricia poco común a pesar de la crisis imperante, por otro lado, la benevolencia de unos sindicatos que una vez más cumplen a la perfección el papel que se les ha asignado desde el primer minuto de la negociación del convenio: dejar tirados y en una situación precaria a un colectivo de más de 100.000 trabajadores.

Así pues, ya lo saben, una vez más, nuestros “amigos”, autoproclamados “Sindicatos Mayoritarios”  han vuelto a firman con la opinión en contra de los trabajadores y todo ello, gracias a los votos con los que les dimos en urnas la representatividad. Hoy, todo el sector tiene solo un grito de lamento: ¡Malditos Bastardos! Me ha venido a la mente la película de Quentin Tarantino para darle un nombre definitorio a lo que ha hecho el sindicato UGT —y su acólito USO— en la negociación de nuestro CONVENIO COLECTIVO. Para el que se asombre y le pueda parecer que es ofensiva (nada más lejos de nuestras intenciones) tal denominación, le remitimos a lo que dice el DRAE, en su primera acepción, de la palabra bastardo: «Que degenera de su origen o naturaleza». Y esto es así, puesto que este sindicato, en sus orígenes, se constituyó para transformar la sociedad, para establecerla sobre bases de justicia social, de igualdad y de solidaridad. Todo muy loable pero, visto lo visto, una auténtica farsa.

Ya sabemos por experiencia que, a partir de ahora, intentarán borrar de nuestras mentes este episodio tan lamentable con cursos gratuitos y otras golosinas regaladas por el gobierno. Mientras que hayamos personas dispuestas a ser la memoria permanente de nuestro sector no dejaremos que las cosas se olviden: ¡Malditos Bastardos!, ¡Malditos Bastardos!...

Compañero; cuando te toque ir a ejercer tu derecho ciudadano en las elecciones de tu empresa recuerda: si votas a UGT y a USO estás dando tu apoyo y tu voto al quién te dejó tirado y eres cómplice del convenio basura por el que, lamentablemente, se regirá en los próximos años nuestro sector. Si votas a CC.OO apoyas al hermano de sangre del que ha puesto su firma y ha ejercido de su compinche en la mesa de negociación. CC.OO no firma pero calla y se beneficia de su “honrado silencio”. Pero no vamos a consentir que CC.OO se vaya de rositas.

AHORA TE TOCA A TI, COMPAÑERO…
GRITA CON NOSOTROS: ¡MALDITOS BASTARDOS!

Ampliada la edad de jubilación

viernes, 6 de mayo de 2011
Tras el acuerdo de reforma de las pensiones alcanzado recientemente por el gobierno, los empresarios y los sindicatos UGT & CC.OO, se confirman los peores de los augurios previstos: para la mayoría de los trabajadores queda ampliada la edad de jubilación hasta los 67 años. Para plantearse cualquier otro supuesto incluido en estos acuerdos hay que ser casi un “supertrabajador” ya que se debe tener computado más de 38 años de trabajo (38,5).
De las 40 páginas que contiene el citado “acuerdo social y económico” solo vale la pena leer las referentes al primer apartado, donde se recogen las medidas concretas para la reforma de las pensiones. Las restantes páginas están llenas de una literatura poco concreta y de difícil cumplimiento, a la vez que desarrolladas en un leguaje farragoso y burocrático, respondiendo a la necesidad de enmascarar la dolorosa concreción de la rebaja de las pensiones. Esta parte del texto se pierde en la remisión a futuras negociaciones y la puesta en común del buenismo más utópico… Nadie se compromete a nada.
En lo que concierne a la parte social firmante, lamentar que estos sindicatos tan representativos, firmen nuevamente unos acuerdos en contra de la mayoría de los trabajadores y lesivos para sus intereses. Queda por descubrir la parte oculta de la negociación, donde estos señores sí tienen la habilidad y el desparpajo suficiente para sonsacarle al gobierno nuevas partidas para seguir monopolizando la formación y consiguiendo nuevas y generosas subvenciones que no dejan de ser una financiación sindical encubierta a costa de recortar los derechos de todos los trabajadores y su bienestar como futuros pensionistas.

Estos acuerdos ponen la guinda al pastel de la reforma laboral emprendida por el gobierno a finales de 2010 y que pone las máximas facilidades para que los empresarios puedan despedir libremente, para que se puedan descolgar fácilmente de las condiciones pactadas en los convenios colectivos y toda clase de medidas tendentes a recortar los derechos laborales de los trabajadores y a precarizar hasta el infinito el empleo. Por todo ello, SPV seguirá criticando el proceder antisocial de este tipo de sindicatos tan apegados al gobierno y cada vez más alejados de la cruda realidad laboral y social que nos ha tocado sufrir.