Historias de La Inseguridad S.A, episodio nº 6

martes, 3 de abril de 2012


El Viacrucis de la Seguridad Privada


La profesión se está desangrando poco a poco, año a año. Cada vez que se sientan para negociar en nuestro nombre empeoran las cosas. Y así, los trabajadores y trabajadoras de La Inseguridad S.A se encuentran sumidos en un auténtico calvario colectivo. Soportan una cruz inmensa, llena de dolor y desesperanza, donde han ido grabando, con sudor y lágrimas, todos los sinsabores encajados en los últimos años: precariedad, una ley que los desprotege, un convenio que los discrimina, un mísero salario, déficits en materia de protección de la salud laboral, intrusismo, desempleo, turnicidad, falta de reconocimiento social y laboral…

Todo un sector sentenciado a muerte por la avaricia y la falta de respeto de nuestros representantes hacia los miles de vigilantes que tiran por tierra cada vez que tienen la mínima oportunidad, tal vez a costa de seguir manteniendo su estatus, sus liberados y sus subvenciones. Mientras tanto, el peso con el que cargamos aumenta cada vez más al mismo tiempo que crecen las debilidades y la falta de expectativas de nuestro gremio. Una condena amarga, dolorosa, llena de frustración y de pesimismo.

En la cruz de la seguridad privada están presentes todos los compañeros que en estos últimos años han sido víctimas del desempleo y aquellos que, incluso trabajando, no llegan a final del mes, los que llevan varios meses asfixiados porque sus empresas no les pagan, o los que han sufrido "en sus carnes" un ERE. También se ven reflejados en ella los vigilantes de seguridad que no tienen un cuadrante estable para conciliar el trabajo con la familia, los que afrontan su tarea en unas condiciones precarias, sin las mínimas medidas para proteger su integridad física, los de los centros comerciales, los hospitales, los centros de salud, las plantas solares, los centros de menores o los que trabajan en la red de ferrocarriles o de metro... y tantos y tantos "hombres calvario" que portan la cruz de la seguridad privada y que, en estos días se ven reflejados en el sufrimiento y el dolor que padeció Jesús.