Tras el acuerdo de reforma de las pensiones alcanzado recientemente por el gobierno, los empresarios y los sindicatos UGT & CC.OO, se confirman los peores de los augurios previstos: para la mayoría de los trabajadores queda ampliada la edad de jubilación hasta los 67 años. Para plantearse cualquier otro supuesto incluido en estos acuerdos hay que ser casi un “supertrabajador” ya que se debe tener computado más de 38 años de trabajo (38,5).
De las 40 páginas que contiene el citado “acuerdo social y económico” solo vale la pena leer las referentes al primer apartado, donde se recogen las medidas concretas para la reforma de las pensiones. Las restantes páginas están llenas de una literatura poco concreta y de difícil cumplimiento, a la vez que desarrolladas en un leguaje farragoso y burocrático, respondiendo a la necesidad de enmascarar la dolorosa concreción de la rebaja de las pensiones. Esta parte del texto se pierde en la remisión a futuras negociaciones y la puesta en común del buenismo más utópico… Nadie se compromete a nada.
En lo que concierne a la parte social firmante, lamentar que estos sindicatos tan representativos, firmen nuevamente unos acuerdos en contra de la mayoría de los trabajadores y lesivos para sus intereses. Queda por descubrir la parte oculta de la negociación, donde estos señores sí tienen la habilidad y el desparpajo suficiente para sonsacarle al gobierno nuevas partidas para seguir monopolizando la formación y consiguiendo nuevas y generosas subvenciones que no dejan de ser una financiación sindical encubierta a costa de recortar los derechos de todos los trabajadores y su bienestar como futuros pensionistas.
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