Una profesión “Low Cost”
Cada verano,
cuando nos tocaba coger el permiso retribuido, se convertía casi en una rutina
la misma pregunta del compañero de turno que, por cortesía, se interesaba por
nuestros planes de descanso. “Este año ¿a dónde os vais?” Y ahí, todo un mundo
de posibilidades cabía en la respuesta: nos vamos unos días a casa de un
familiar que tiene un piso en la playa de… hemos alquilado una casita muy bien
de precio donde todos los años… hemos pillado una oferta en un hotel que tiene
una pinta estupenda… También había otros compañeros que aprovechaban (e
invertían) esos días en distintas reformas y arreglos pendientes, destinando “la
paga del verano” para dar un empujoncito en su vivienda y conformándose con un
darse un chapuzón que otro en la piscina que se tuviese más a mano. Incluso los
había algunos que se tiraban todo un año ahorrando y planificando un viaje
maravilloso en un destino a miles de kilómetros de su realidad cotidiana.
Pero, esta
cultura vacacional está cambiando para la mayoría de los asalariados en los
últimos años. Estamos pasado de unas vacaciones “de luxe” a unas vacaciones
“low cost”. Allí donde se echaban quince días en la playa, ahora se conforman
con una semana; donde se programaba un viaje maravilloso, ahora hay que mirar
con lupa y buscar destinos más asequibles. La crisis, la dichosa epidemia económica
que lo está asolando todo, nos obliga también a realizar un ejercicio de
sensatez, apretarnos el cinturón y replantearnos el presupuesto que podemos
destinar para estos fines.
En el gremio
de la seguridad privada, situados como estamos en el escalón más bajo de
mercado laboral, hay muchos compañeros que no pueden permitirse el lujo de
pagarse unos días de descanso fue de su casa. Sobre todo este 2012 está
suponiendo un verdadero “año desastre” porque entre las empresas morosas que no
pagan regularmente y que adeudan varias mensualidades a su plantilla, los descuelgues
de convenio, los ERE, las reducciones de servicios y, para remate, las
recientes reformas que están modificando gravemente el mercado laboral, están
poniendo al borde del precipicio a miles de compañeros, que rozan ya
peligrosamente la “precariedad laboral”. ¡Como para pensar en coger las maletas
del altillo y planificar un mínimo viaje! Eso sin tener en cuenta a los
compañeros que se van quedando en la cuneta y que forman parte de ese tremendo y
dramático 60 % de paro que arrastra la profesión.
Y es que
ahora, con la que está cayendo, con mantener el puesto de trabajo vamos que
chutamos. Ni vacaciones, ni reivindicaciones,
ni pagas… Al final los trabajadores de “La Inseguridad S.A ”
vamos a tener que adoptar y reconvertir ese concepto vacacional tan de moda en
las últimas décadas y que popularizó los viajes al alcance de todos los
bolsillos. Si Señores, la seguridad privada se ha consolidado ya, por meritos
propios, en una profesión “low cost” con unos salarios y unas condiciones a
precio de saldo. Una profesión decadente y sin expectativas. Todo gracias a la
crisis, pero también gracias al empeño y el enorme trabajo realizado por
empresarios y representantes sindicales de la mesa de negociación colectiva, en
su afán por abaratar hasta el límite nuestras condiciones laborales y sociales convenio
tras convenio.
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