Hemos tenido un verano realmente
calentito y que nos costará olvidar… y no solamente por los cientos de incendios
que han arrasado nuestros montes: la seguridad privada arde por los cuatro
costados, y además tiene toda la pinta de que estos incendios han sido
intencionados y premeditados. El último pirómano ha actuado a principios de
Septiembre de una forma inesperada y preocupante, y es que por este flanco no
esperábamos novedades, por lo menos no a tan corto plazo: un escueto
comunicado, de apenas 20 reglones, redactado de una forma inconcreta y confusa,
como queriendo lanzar un “globo sonda”, nos informa de una reunión mantenida
con fecha 03/09/2012 entre la dirección Nacional de la empresa EULEN Seguridad
y una representación de CC.OO de ámbito estatal.
En ella se nos relata la preocupación
empresarial por la situación en la que se encuentra el país y que, según EULEN,
está afectando gravemente a la economía de la empresa. Hablan entre otros
asuntos de los profundos cambios introducidos por la Reforma Laboral, los
Decretos con los que viernes tras viernes nos machaca el gobierno, como las modificaciones
a las ayudas a las contratación y, más recientemente la cotización a la
seguridad social de parte de los pluses de vestuario y transporte…
Descrito este panorama, la empresa avisa
“que intentará mantenerse en el Convenio Colectivo Estatal de empresas de
Seguridad Privada” aunque dicen que no han podido repercutir la subida
porcentual del nuevo convenio de seguridad a los diferentes clientes –ese mismo
nuevo convenio que dejó ya reducida a la mitad, tras un acuerdo exprés, la
subida que por Ley nos correspondía a los trabajadores en el anterior texto
regulador– La reunión quedó rematada recogiendo el ruego de los empresarios al
sindicato CC.OO para que, habida cuenta de las circunstancias, realizaran una
reflexión sobre la situación actual y que fueran receptivos a las propuestas
que vendrían en “próximas reuniones”. El sindicato finaliza la misiva agarrándose
al más escrupuloso respecto al Convenio Colectivo Estatal de Empresas de
Seguridad.
Un auténtico relato terrorífico y
desmoralizador para los profesionales del sector, lleno de mensajes velados y
segundas intenciones, habida cuenta de la empresa protagonista del mismo, que
en la actualidad figura posicionada en la primera línea de APROSER con Carlos
Blanco al frente de esta asociación y máximo responsable del Grupo EULEN. Todos
podemos prever las consecuencias que tendrían para el gremio de la seguridad
privada que una empresa de este calado tomara alguna decisión negativa sobre los
salarios y las condiciones laborales de sus trabajadores.
Lo dicho un “verano horribilis” (Esabe,
Falcon, Seguriber, Sequor, Securitas, Eulen…) con la seguridad privada ardiendo
por los cuatro costados y con pirómanos apostados por doquier, avivando las
llamas y asegurándose de que el solar, ese del que comemos todos, acabe siendo
pasto de fuego. Y las cenizas de estos incendios todos las conocemos, se llaman
flexibilidad, pérdida de poder adquisitivo, despidos, modificaciones de las
condiciones de trabajo, es decir, precariedad y abaratamiento para un profesión
que, ni en épocas de bonanza, se ha destacado por ser puntera en las unas
buenas condiciones laborales.
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